ESTUDIAR PARA SABER
Saber, de acuerdo a su origen etimológico (proviene del
vocablo latino “sapere”) significa tener inteligencia y buen juicio. Comparte
su origen con la palabra sabor, y por ello, el saber es el gusto por el
conocimiento.
De allí que cabe preguntarse, si son muchas las personas que
estudian realmente para saber, con placer, usando su razonamiento, y
acrecentando con ello sus capacidades, o lo hacen por otros motivos.
Si consultamos a la mayoría de los estudiantes secundarios,
seguramente nos dirán que estudian para aprobar las materias, y que les
encantaría poder pasar de curso sin hacerlo, pues aún no comprenden la gran
importancia de acrecentar sus saberes tanto conceptuales, procedimentales como
actitudinales, como herramienta para su desarrollo y perfeccionamiento personal
y social. Es tarea de los docentes demostrar que lo importante no es aprobar
los exámenes, o los cursos, sino lo que queda de ello en cada uno de los
estudiantes, cómo los transforma y los prepara para enfrentar los desafíos
vitales con mayores posibilidades de superación.
Somos nosotros, los adultos, padres y docentes, quienes
estamos acostumbrados a preguntar o interesarnos por los resultados del proceso
educativo, visto en términos de calificaciones. Preguntamos generalmente:
¿Aprobaste? ¿Cuánto te sacaste? En lugar de decirles ¿Aprendiste? ¿En qué
puedes aplicar lo que estudiaste? Valoramos a un buen alumno por las
calificaciones que obtuvo, las cuales muchas veces no son el resultado de lo
que realmente sabe, pues pudo por ejemplo, estudiar por repetición.
En el nivel universitario, debería ser lo común que los
alumnos quieran saber, pues están estudiando lo que eligieron y a lo que se
dedicarán toda la vida, y sin embargo, muchas veces, al no estar en algunas
carreras demasiado vinculada la teoría con la práctica, no se percibe la
finalidad de lo que se estudia, y se termina también estudiando para llegar lo
más pronto posible a conseguir el diploma, y egresando con pocos saberes para
enfrentar el mundo laboral.
Habría que estimular a las personas para que logren su
perfeccionamiento cognitivo, moral y físico, independientemente del tiempo que
les lleve aprobar las asignaturas u obtener sus diplomas, pues luego las consecuencias
en cuanto a su éxito personal, profesional y social, pueden ser disvaliosas.
Fuente: La Guía
de Educación
La Web de Noticias de Yaguaraparo para el Mundo.
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