NO SÉ QUÉ ESTUDIAR
Esta afirmación es frecuente escucharla entre los jóvenes,
cuando prontos a terminar sus estudios secundarios, se sienten comprometidos a
elegir una profesión que desarrollarán toda la vida, que los identificará
socialmente, que los marcará íntimamente, que modelará su personalidad, pero
que sin embargo, muchas veces está lejos de ser elegida con seguridad.
Se escoge por prestigio social, por seguridad económica, por
el agrado de las materias que contiene el currículum, porque alguno de los
padres, parientes o conocidos la ejercen, pero pocas veces puede explicarse
realmente lo que es la vocación.
Es que es sumamente difícil a la edad de alrededor de los 18
años, saber lo queremos ser para toda la vida, y por eso son frecuentes las
equivocaciones, y a pesar de que se informen, se realicen test vocacionales, se
consulte, las equivocaciones existen, y es cuando ya se está estudiando, o aún
luego de recibir el ansiado diploma y estar desempeñándose en la profesión que
supuestamente sería la que colmaría las expectativas, cuando se ve que esto no
sucede. Que nos guste lo que hacemos hace que cada día queramos mejorar,
aprender más, levantarnos con una sonrisa, aceptar los problemas como desafíos,
perfeccionarnos, investigar por deseo personal, etcétera.
No hay fórmulas mágicas para
saber qué estudiar, pero debemos primero conocer nuestra forma de inteligencia,
nuestros gustos, intentar leer libros sobre el tema para ver si nos motivan a
seguir indagando o nos aburren, visitar a profesionales para observar la
profesión en la práctica, que generalmente dista mucho de la teoría, tratar de
situarnos en el lugar del profesional y observar como nos sentimos, pensando
que todos los futuros días de nuestra existencia lo dedicaremos a esa
actividad, lo que debe resultarnos placentero, y no una condena.
Encontrar la vocación es difícil,
requiere tiempo y madurez para conocer el objeto de nuestra elección, pero
sobre todo a nosotros mismos, con nuestras fortalezas y con nuestros puntos
débiles; pues lo que nos resulta más fácil de realizar seguramente es porque
nos agrada, y le dedicamos mayor atención. Sin embargo, es bueno investigar
nuestros gustos por cuenta propia, pues puede suceder que odiemos ciertas
materias, porque nos las hayan enseñado mal, o que tengamos preconceptos sobre
ciertas profesiones por dichos infundados. Lo mejor para elegir con más
seguridad es saber lo máximo posible de nosotros y de las múltiples
alternativas posibles.
No se debe quedar con las carreras tradicionales, las
ofertas son múltiples, y cada una, representa una oportunidad de ser felices o
desdichados. A pensarlo bien, y si nos equivocamos a pesar de todo, siempre
existe la posibilidad de reencontrarse con la verdadera vocación.
Fuente: La Guía de Educación
La Web de Noticias de Yaguaraparo para el Mundo.
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