¿Apagamos la lámpara fluorescente o la dejamos encendida?
Con respecto a si es conveniente o no apagar una
lámpara fluorescente de ahorro de energía, cuestión que cualquiera de nosotros
nos hemos planteado alguna vez en nuestra propia casa, un grupo de
investigadores españoles del CIEMAT y de la Escuela Técnic
a Superior de Ingenieros de Telecomunicación (ETSIT), que estudiaron la forma más eficiente de utilizar las lámparas fluorescentes de ahorro energético bajo criterios tanto ecológicos como económicos, concluyen que no es recomendable apagarla si se va a volver a encender antes de transcurridos cinco minutos, incluso añaden que el tiempo óptimo de apagado es de, al menos, tres cuartos de hora.
a Superior de Ingenieros de Telecomunicación (ETSIT), que estudiaron la forma más eficiente de utilizar las lámparas fluorescentes de ahorro energético bajo criterios tanto ecológicos como económicos, concluyen que no es recomendable apagarla si se va a volver a encender antes de transcurridos cinco minutos, incluso añaden que el tiempo óptimo de apagado es de, al menos, tres cuartos de hora.
Las lámparas fluorescentes han estado rodeadas de
una cultura popular que propone diferentes maneras de usarlas, en la mayoría de
ocasiones sin el apoyo de justificación técnica alguna. En el caso de las
lámparas ahorradoras de energía, el usuario necesita conocer si ha de apagar la
lámpara cuando sale de la habitación o por el contrario es conveniente dejarla
encendida de modo indefinido, no sólo porque algo aparentemente tan nimio tiene
repercusiones medioambientales a mayor escala, sino porque ese comportamiento
tendrá un reflejo evidente en la factura de la luz, y, por supuesto incide
directamente en la vida útil de la lámpara; los hábitos de consumo pueden
modificarse si se dispone de la información necesaria.
Tanto el CIEMAT, centro de investigación, como la
ETSIT en el ámbito universitario, son organizaciones que desarrollan proyectos
dirigidos a la reducción del impacto ambiental y del coste económico de
diferentes tecnologías. Precisamente la iluminación -y en concreto la
iluminación con lámparas fluorescentes- es una de las aplicaciones cuyo impacto
ambiental y coste económico son más susceptibles de reducirse. En la
actualidad, las lámparas fluorescentes compactas con balasto integrado, ideadas
especialmente para sustituir a las lámparas incandescentes y comúnmente
denominadas “lámparas ahorradoras de energía”, constituyen la alternativa real
a las lámparas incandescentes tan comunes en los hogares españoles, que
resultan tener una menor eficiencia energética y producir un mayor impacto
ambiental, además del coste económico que suponen.
El trabajo de investigación realizado proporciona
respuesta a estas cuestiones en cuanto a la evaluación de las emisiones de
gases de efecto invernadero y de mercurio asociadas al uso de las lámparas
ahorradoras de energía, así como del coste económico de encenderlas y apagarlas
o bien de dejarlas funcionando. Entre las conclusiones obtenidas, se encuentra
que el primer criterio de uso consiste en que las emisiones contaminantes y el
coste económico se reducen, tanto si la lámpara permanece funcionando el mínimo
de horas posible como si el número de encendidos y apagados se reduce al mínimo
indispensable. Estos criterios son triviales y coinciden con la intuición de
cualquier usuario. Sin embargo no contribuyen a responder a la pregunta sobre
si ha de apagarse la lámpara en caso de una salida de corta duración del lugar.
Si un usuario está interesado en reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al uso de la lámpara
ahorradora, en caso de salir de la habitación en la que se encuentra y siempre
que no prevea volver a la habitación antes de 5 minutos, es recomendable que
apague la luz. Pero además, si el usuario está interesado en reducir las
emisiones de mercurio asociadas al uso de la lámpara, es recomendable que
apague la luz al salir, si no prevé retornar a la habitación antes de 43
minutos. Finalmente, si el usuario esta interesado en reducir el coste
económico de usar la lámpara ahorradora es recomendable que apague la luz si no
prevé retornar antes de 7 minutos. Encender y apagar frecuentemente la lámpara
ahorradora de energía en cada entrada y salida de una habitación no es
recomendable pues dispara tanto las emisiones como el coste económico.
Un resumen de los criterios encontrados es que se
recomienda encender y apagar lo menos posible, mantener la lámpara encendida
solamente el tiempo necesario para realizar la actividad y finalmente, en caso
de salir de la habitación, apagar la luz si no se prevé retornar antes de tres
cuartos de hora. Se recomienda especialmente no apagar la luz si se va a
retornar a la habitación antes de 5 minutos.
Para poder disponer de todos los datos que han
permitido a los investigadores concluir lo anterior, es imprescindible matizar
que las estimaciones realizadas se basan en la definición de tres modelos de
lámpara ahorradora de energía, de calidades buena, intermedia y mala según sus
tiempos de vida asociados. Se han estimado las emisiones de gases de efecto
invernadero y de mercurio teniendo en cuenta las emisiones asociadas al consumo
de electricidad en la fabricación de las lámparas así como las emisiones
asociadas al consumo de electricidad por el uso de las lámparas en España.
Además, se tuvo en cuenta el contenido de mercurio de las lámparas ahorradoras
de energía y la eficacia de las redes de reciclaje de lámparas fluorescentes en
España. El coste económico se basa en la estimación del precio de adquisición y
en el coste del consumo energético. (Fuente: CIEMAT)
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