HALLAN DOS POSIBLES FORMAS DE CURAR LA PSORIASIS
MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS)
Un equipo
del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han descubierto dos
posibles vías de tratamiento de la psoriasis basadas en compuestos
farmacológicos que ya existen pero que no se habían contemplado hasta el
momento, que en los estudios llevados a cabo en ratones no parecen tener
efectos secundarios.
Dicho
hallazgo, publicado en las revistas 'Immunity' y 'Science Translational
Medicine', ha sido liderado por el investigador Erwin Wagner, que hace casi 10
años generó de forma inesperada a raíz de un trabajo de investigación básica un
ratón modificado genéticamente con síntomas muy similares a los de la
psoriasis, una enfermedad que afecta al 3 por ciento de la población.
Este
modelo ha podido utilizarse para estudiar mecanismos moleculares que subyacen
al desarrollo de esta enfermedad, y buscar terapias innovadoras, eficientes y
menos tóxicas.
Sobre todo
porque la última generación de fármacos desarrollados contra ella, las terapias
biológicas, se consideran un gran avance pero se aplican solo durante periodos
limitados por la gravedad de sus efectos secundarios y pueden generar desde
otras formas de psoriasis a tuberculosis o leucemia.
Las dos
nuevas estrategias que ahora publican los investigadores del CNIO son resultado
de estudios en profundidad sobre la biología de la enfermedad, que han
desvelado algunos de sus agentes causales y las vías de tratamiento estudiadas
actúan sobre estos agentes.
En uno de
los trabajos, publicado en diciembre en 'Immunity', se demuestra que bloqueando
una proteína llamada S100A9 los síntomas de la enfermedad desaparecen. En la
otra publicación, que aparece ahora en 'Science Translational Medicine',
muestran que esto también sucede si se actúa sobre un ARN no codificante, el
micro ARN miR-21.
En este
segundo artículo, con el investigador Juan Guinea-Viniegra como primer
firmante, los científicos han visto que bloquear el miR-21 podría ofrecer
ventajas sobre los actuales tratamientos ya que "la eficacia obtenida es
la misma pero los efectos secundarios probablemente reducidos". Además,
los ratones y las muestras de pacientes trasplantadas a ratones en que se ha
ensayado esta estrategia "muestran una mejoría terapéuticamente
relevante".
IDENTIFICAR
LAS MUTACIONES IMPORTANTES
Que las dos investigaciones apunten a dianas del
todo distintas revela lo complejo y heterogéneo de la psoriasis, una enfermedad
en la que intervienen multitud de factores (epi)genéticos y ambientales, y para
la que hasta hace poco no existían modelos animales.
Se sabe
que en cada paciente puede haber decenas de genes distintos mutados o
alterados, por lo que no es nada fácil poner orden en ese bosque de
alteraciones e identificar cuáles son las que desencadenan las demás y están
por tanto en la raíz del problema.
Uno de los
éxitos de estos trabajos es que consiguen precisamente eso, identificar algunas
de las alteraciones clave, y además dan pistas sobre su relación con otras ya
encontradas. Por ejemplo en el modelo animal presentado en 2005 por este grupo,
los síntomas de la psoriasis aparecen cuando en la epidermis del ratón se
eliminan dos genes, que regulan la expresión de muchos otros genes.
Por ello,
reconocen los autores, no solo "debe haber" una relación entre las
dos estrategias que ellos han ensayado, sino también con los genes alterados en
el modelo de 2005. "Se han descrito cientos de genes aumentados o
disminuidos en psoriasis, pero solo de pocos de ellos --decenas-- se sabe que
pueden ser la causa de la enfermedad", explican.
En ambos
trabajos se han empleado sofisticadas técnicas de biología molecular y muestras
humanas. En la primera investigación, liderada por Helia B. Schonthaler, el
primer paso fue comparar piel de lesiones de psoriasis con piel sana.
Para ello,
trabajando en colaboración con el grupo de Esteban Daudén, en el Hospital La
Princesa, en Madrid, obtuvieron muestras de 19 pacientes del tipo de psoriasis
más común, y analizaron las proteínas presentes en su piel. Identificaron 1.217
proteínas, de las que 214 estaban en cantidades significativamente distintas en
piel sana y en las lesiones. En concreto, el complejo de proteínas
S100A8-S100A9 era mucho más abundante en la psoriasis.
Ya con esa
pista, los investigadores estudiaron la importancia de S100A8-S100A9 generando un
ratón al que le faltara esa proteína. Y el resultado fue que los síntomas de la
psoriasis desaparecieron. Los investigadores analizaron también las proteínas
sobre las que actúa S100A8-S100A9, y así han desvelado también otras posibles
dianas.
Pero la
segunda buena noticia de este trabajo es que demuestra que un fármaco que ya
está en el mercado -se usa contra el cáncer de próstata y para evitar el
rechazo en trasplantes- bloquea S100A9 y debería ser eficaz contra la
psoriasis. "Eso no significa que se vaya a aprobar ya su uso en psoriasis,
pero facilita mucho el proceso porque es un fármaco conocido, ya se sabe que es
seguro", señala Schonthaler.
RATONES CON
PIEL HUMANA
Por su
parte, el trabajo liderado por Guinea-Viniegra exploró otro nivel de
codificación de la información almacenada en el ADN: los microRNAs.
Descubiertos hace apenas dos décadas, y sin que se conozca aún en detalle su
función ni su papel en enfermedades, los microRNAs son fragmentos pequeños de
ácido nucléico que no se traducen a proteínas, pero aún así regulan la
expresión de otros genes.
En el caso
de la psoriasis, ya se sabía que el microRNA miR-21 era mucho más abundante de
lo habitual. Así, para investigar su papel los investigadores inhibieron miR-21
en su ratón modelo, y observaron como los síntomas desaparecían en poco tiempo
y sin efectos secundarios aparentes.
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Categoría: Salud
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