UN LEJANO CUÁSAR REVELA CÓMO SE ALIMENTA UNA GALAXIA
UN LEJANO CUÁSAR REVELA CÓMO SE ALIMENTA UNA
GALAXIA
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Utilizando el telescopio VLT (Very Large Telescope)
de ESO, un equipo de astrónomos ha localizado una galaxia distante tomando un
refrigerio de gas cercano. El gas parece estar cayendo hacia el interior de la
galaxia, creando un flujo que alimenta la formación estelar al tiempo que
impulsa la rotación de la galaxia. Es la mejor evidencia observacional directa
obtenida hasta el momento para apoyar la teoría de que las galaxias atraen y
devoran material cercano con el fin de crecer y formar estrellas. Los
resultados aparecen en el número del 5 de julio de 2013 de la revista Science.
Los astrónomos siempre han sospechado que las
galaxias crecen atrayendo material de su alrededores, pero ha sido muy difícil
observar directamente este proceso. El telescopio VLT (Very Large Telescope) de
ESO ha sido utilizado para estudiar un extraño alineamiento entre una galaxia
distante y un cuásar aún más distante — el núcleo extremadamente brillante de
una galaxia alimentado por un agujero negro supermasivo. La luz del cuásar pasa
a través del material que rodea a la galaxia (que se encuentra entre nosotros y
el cuásar) antes de alcanzar la Tierra, haciendo posible que exploremos en
detalle las propiedades del gas que se encuentra en torno a la galaxia. Estos
nuevos resultados nos ofrecen la mejor visión obtenida hasta el momento de una
galaxia en pleno proceso de “ingesta”.
“Este tipo de alineamiento es muy poco usual y nos
ha permitido hacer observaciones únicas”, explica Nicolas Bouché, del Instituto
de Investigación de Astrofísica y Planetología (IRAP) en Toulouse (Francia),
autor principal del nuevo artículo. “Pudimos utilizar el telescopio VLT de ESO
para mirar de cerca tanto la galaxia como el gas que la rodeaba. Esto significa
que pudimos abordar un importante problema relacionado con la formación de las
galaxias: ¿cómo crecen y cómo se alimenta la formación estelar?”.
Las galaxias agotan rápidamente sus reservas de gas
a medida que crean nuevas estrellas, por lo que deben ir reponiéndolo de manera
continua con nuevo gas para poder continuar su actividad. La pregunta era ¿de
dónde procedía ese gas? Los astrónomos sospechaban que la respuesta a este
problema se encontraba en la recolección de gas frío de los alrededores por la
atracción gravitatoria de la galaxia. Con este escenario, una galaxia arrastra
el gas hacia ella y este circula alrededor de la misma, rotando con la galaxia
antes de caer hacia su interior. Aunque ya se habían obtenido antes evidencias
de este tipo de acreción, observado en algunas galaxias, hasta ahora no se
habían estudiado a fondo tanto el movimiento del gas como otras de sus
propiedades.
Los astrónomos utilizaron dos instrumentos
conocidos como SINFONI y UVES, ambos instalados en el telescopio VLT de ESO en
el Observatorio Paranal, en el norte de Chile. Las nuevas observaciones
mostraron no solo cómo rotaba la galaxia, sino que también revelaron la
composición y el movimiento del gas que se encontraba fuera de la misma.
“Las propiedades de esta ingente cantidad de gas
eran exactamente lo que esperábamos encontrar en el caso de que el gas frío
estuviera siendo atraído por la galaxia”, afirma el coautor Michael Murphy
(Universidad Tecnológica de Swinburne, Melbourne, Australia). “El gas se mueve
tal y como suponíamos, tenemos la cantidad esperada y también tiene la
composición correcta para encajar perfectamente en los modelos. Imaginen la hora
de la comida para los leones de un zoo — esta galaxia en particular tiene un
apetito voraz, y hemos descubierto cómo se alimenta para crecer tan rápido”.
Los astrónomos ya han encontrado evidencias de
material alrededor de galaxias en el universo temprano, pero esta es la primera
vez que han podido mostrar claramente que el material se mueve hacia la
galaxia, en lugar de salir de ella, y también la primera vez que pueden
determinar la composición de este “combustible” fresco destinado a formar
nuevas generaciones de estrellas. La luz del cuásar ha hecho posible la
detección del gas del entorno.
“En este caso tuvimos suerte de que el cuásar
estuviera justo en el lugar adecuado para que su luz pasara a través del gas
que caía hacia la galaxia. La próxima generación de telescopios gigantes, como
el E-ELT (European Extremely Large Telescope) permitirá estudios con multiples
líneas de visión por galaxia y proporcionar una visión mucho más completa”,
concluye la coautora Crystal Martin (Universidad de California Santa Barbara,
EE.UU.)
FUENTE: NOTICIAS DE CIENCIAS
La Web de Noticias de Yaguaraparo
Categoría: Ciencia