CONTROLAR EL COLESTEROL ES POSIBLE
Según
explica a Infosalus, Miguel Ángel Rubio, miembro de la junta directiva de la
Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, los españoles tienen los
mismos niveles de colesterol en sangre que otros ciudadanos europeos o
estadounidenses pero sin embargo nuestro riesgo cardiovascular es mucho menor
porque tenemos un gran aliado: el aceite de oliva, una de las fuentes más
importantes de antioxidantes en la dieta española.
Rubio
advierte que más allá de controlar los niveles de colesterol, que también es
necesario, lo importante es el consumo de antioxidantes en la dieta que
contrarresten este colesterol en sangre al evitar que se oxide y se deposite en
las arterias, con el consiguiente deterioro de la salud cardiovascular.
El
especialista señala que a pesar de que los cambios en la dieta y la práctica de
ejercicio sólo pueden reducir entre un 10% y un 20% de la cantidad de
colesterol en el organismo esto si se consigue trasladar a la población
multiplicaría por dos los beneficios, ya que se disminuiría hasta un 20 por
ciento el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Rubio
advierte que la extensión del uso de las estatinas como fármaco de elección no
tiene que suponer que se abandone el intento de controlar el colesterol
mediante la dieta y ejercicio.
PASAR A LA
ACCIÓN
El
especialista señala que lo primero que hay que hacer si se desean controlar los
niveles de colesterol en sangre es realizar un perfil del colesterol completo.
Rubio aconseja realizar este examen a partir de los
20 años y con una frecuencia periódica de una vez cada cinco años. A través de
un análisis de este tipo se obtienen los datos sobre los niveles de HDL
(colesterol bueno), LDL (colesterol malo) y triglicéridos.
1. Reducir el consumo de grasas saturadas:
se encuentran en los productos animales y en algunas vegetales (coco, palma,
palmiste). La fuente más conocida son la leche y sus derivados como nata,
quesos curados o mantequilla. Se deben reducir así los productos lácteos y
sustituirlos por sus versiones desnatadas o con menos grasa, así como los
derivados de los productos cárnicos como patés, embutidos o tocinos. En cuanto
a la carne, hay que dar prioridad a las partes magras de los animales.
2. No a las grasas trans añadidas: se
encuentran de forma natural en la carne y la leche pero las perjudiciales son
las procedentes de la hidrogenación que convierte los aceites líquidos en
sólidos. En este sentido, hay que eliminar de la dieta todos los aceites
hidrogenados o parcialmente hidrogenados. A pesar de que esta hidrogenación se
lleva a cabo sobre todo en aceites vegetales, estas grasas son más perjudiciales
que las saturadas porque elevan el colesterol malo, aumentan los triglicéridos
y disminuyen los niveles de colesterol bueno. Se encuentran en los productos
precocinados (patatas fritas, salsas, rellenos y coberturas de cacao y bollería
industrial).
3.
Consumir productos con etiquetado: el uso de los aceites vegetales
hidrogenados está muy extendido en la industria de la repostería, es mejor
optar por productos envasados cuyo etiquetado advierte de la presencia de estas
grasas en su preparación.
4. Controlar y conocer el colesterol
dietético: el colesterol es clave para el buen funcionamiento del
organismo, se encuentra en las membranas de las células y forma parte de
hormonas y vitaminas. Dos terceras partes del colesterol en sangre lo fabrica
el organismo y el resto procede de la dieta. Además no todo el colesterol de la
dieta se absorbe, un 50% pasa a la sangre y el otro 50% se expulsa en las
heces. El colesterol dietético tiene su principal origen en todos los productos
animales y sólo en algunos vegetales.
5. Cuidado con los reclamos 'sin colesterol'
y 'con grasas vegetales': Rubio alerta de algunas prácticas en la industria
alimentaria que con el objetivo de aumentar las ventas han puesto llamadas de
atención en el envasado que dan lugar a error entre los consumidores. Existen
productos en el mercado que por sus características constitutivas no contienen
colesterol y otros en los que el uso de grasas vegetales es más dañino que
beneficioso.
6. Aceites tropicales: el uso de aceites
de palma, palmiste o coco se ha extendido sobre todo en la bollería industrial
pero sus efectos perjudiciales sobre el colesterol en sangre las ha hecho
objeto de atención entre las autoridades sanitarias y en la actualidad el
etiquetado de los productos indica su presencia. Los helados también están
entre los productos de consumo en los que se emplean más estas grasas.
7. Lo 'vegetal' no es sinónimo de más
saludable: el caso más destacable es el de la mantequilla y las margarinas,
las primeras tienen un origen animal y aportan grasas saturadas frente a las
segundas que en muchos casos incluyen gran cantidad de grasas trans procedentes
de la hidrogenación de aceites vegetales. Si se puede elegir, mejor mantequilla
que margarina.
8. El poder de los antioxidantes: muchos
de los alimentos que no suben y bajan el colesterol son ricos en antioxidantes,
es el caso del aceite de oliva, el de girasol, los frutos secos o el vino. Son
alimentos que contrarrestan los posibles efectos de un exceso de colesterol en
sangre al evitar que éste se oxide y se 'pegue' a las arterias protegiendo de
este modo al organismo. La fibra procedente de los productos integrales, los
frutos del bosque, las frutas de color anaranjado o amarillo y algunas verduras
de hoja o color verde también son ricas en antioxidantes.
9. El secreto 'a voces' de los
fitoesteroles: se denominan también esteroles vegetales y es el colesterol
de las plantas que el organismo humano prácticamente no absorbe. Está presente
en aceites como el de maíz. Los fitoesteroles evitan que el organismo humano
absorba el colesterol animal al extraerlo de los elementos moleculares que lo
trasladan por el torrente sanguíneo y hacer que se eliminen por las heces. En
el mercado existen productos que los contienen y que se comercializan bajo
marcas como 'Benecol' o 'Danacol'.
10. Los genes predisponen: los niveles
de colesterol en el organismo están muy condicionados por la herencia genética
y existen unos valores medios propios de cada persona sobre los que hay que
actuar. Los niveles de colesterol bueno, el que ayuda a eliminar el malo del
organismo, se consideran difíciles de modular. Existen alimentos que sí ayudan
a mantener los niveles de este colesterol saludable aunque no los suben, es el
caso de frutos secos como las nueces o aceites como el de oliva. Sí existen
factores, sin embargo, que inciden en la existencia de bajos niveles de
colesterol bueno como la obesidad, el tabaquismo o la vida sedentaria que
pueden ser modificables y que afectan a la salud en general.
11. Así sí salen las cuentas: una salud
cardiovascular ventajosa modulada a través de hábitos de alimentación
saludables y la práctica de actividad física pasa por sumar y restar los
siguientes elementos:
- Grasas saturadas - Grasas trans - Colesterol
dietético + fitoesteroles + antioxidantes + ejercicio = Salud Cardiovascular 10
Fuente: (Infosalus/EP) -
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Categoría: Salud
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